Este será el futuro del diseño y de la programación web
¿Qué es y cómo funciona la DWeb? ¿Será la DWeb el paradigma definitivo que pautará el futuro del diseño y de la programación web?
La web descentralizada, también conocida como DWeb o Distributed Web, es la gran apuesta de los gurús de Internet para que los usuarios puedan controlar el uso comercial que las grandes tecnológicas hacen de sus datos.
Te contamos todos sus secretos.
ÍNDICE
- CONTEXTO Y ORIGEN DE LA DWEB
- ¿QUÉ ES LA DWEB?
- ¿POR QUÉ ES NECESARIO UN NUEVO FUTURO DEL DISEÑO DEL CONCEPTO WEB?
- ¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS EN EL FUNCIONAMIENTO DE LA DWEB?
- ¿CAMBIARÁ LA EXPERIENCIA DE USUARIO CON ESTE NUEVO DISEÑO DE LA WEB?
- ¿CUÁNDO ESTARÁ DISPONIBLE LA DWEB?
- CONCLUSIÓN
Contexto y origen de la DWEB
“La web”, tal y como la conocemos hoy en día, nació en 1989 como una red de investigadores y académicos que la utilizaban para compartir información de forma veloz, intercambiando datos entre sus ordenadores directamente.
En el año 2000 llega la “Web 2.0”, momento en el que irrumpen grandes empresas tecnológicas como Google, Facebook o Microsoft que ofrecen servicios intermediarios de conexión entre usuarios. Llega el boom de Internet.
El 31 de julio de 2018 se reunieron en San Francisco más de 800 teóricos de la Red, entre ellos su creador Tim Berners-Lee, para dar una salida alternativa al monopolio de las tecnológicas y bocetar un futuro para el concepto, diseño y programación de la WEB. El evento se llamó “Cumbre Web Descentralizada”, organizada por Internet Archive.
Hoy, en 2021, dichas empresas tienen totalmente controlados todos nuestros datos y los servicios vinculados a ellos, hasta el extremo que ponen en riesgo a sus propios usuarios. La DWeb vuelve a estar encima la mesa; hasta la serie de televisión “Silicon Valley” centra todo su cómico argumento en el de una start-up que persigue inventar una “nueva internet”.
Llegó el momento de pasar a la acción.
¿Qué es la DWEB?
La DWeb es como la web que conocemos actualmente pero sin depender de operadores centralizados. Hoy en día nuestros ordenadores se han convertido prácticamente en meras pantallas, toda la información y todos los datos están en la nube de los grandes operadores; pensemos en FaceBook o en GooglePhotos.
El objetivo final de la DWeb es que los usuarios retomen el control de sus datos, teniendo los mismos servicios pero de forma distribuida y no centralizada como sucede hoy en día. La comunidad de estos usuarios es quién controla los sitios web, las aplicaciones y todos los contenidos que se manejan en ella.
¿Por qué es necesario un nuevo futuro del diseño del concepto web?
Con el sistema actual estamos vendidos. Unos pocos tienen el control de todos los datos que se distribuyen por internet y, por tanto, el riesgo de que sean pirateados o canje de poder es evidente.
La DWeb es control de los propios datos y garantía de privacidad, pues la gestión recae en el propio usuario y la información no puede desaparecer porque alguien decida que debe ser así. A modo de ejemplo, al gobierno chino con la DWeb le sería mucho más complicado bloquear el acceso a determinadas webs.
Actualmente todas las plataformas que almacenan nuestra información en la red hacen una gestión opaca de los recursos; no rinden cuentas frente a nadie y son imposibles de auditar o supervisar.
¿Cuáles son las diferencias en el funcionamiento de la web?
Existen dos grandes diferencias en el diseño y programación web de la DWeb en comparación con el de la World Wide Web.
La primera diferencia ya la hemos comentado anteriormente, se trata de la conectividad de igual a igual; es decir, que un ordenador no sólo solicita servicios externos, sino que también los proporciona.
En segundo lugar está la forma en que se almacena y recupera la información. Actualmente utilizamos protocolos HTTPS para identificar la información web; estos protocolos apuntan al contenido por su ubicación. Por el contrario lo protocolos DWeb utilizan enlaces que identificarán la información en función de su contenido: “qué es” en lugar de “dónde está”.
Este enfoque para poner el contenido en el centro permite que la información pase de ordenador en ordenador, en lugar de ir a buscarla en un servidor central. Así se acabará con el monopolio de datos.
¿Cambiará la experiencia de usuario con este nuevo diseño de la web?
Afirman los teóricos que, si se hace el cambio correctamente, no se debería notar ningún cambio, salvo mejoras de velocidad durante el intercambio de datos.
El cambio que sí será significativo es el que haremos a la hora de tener servicios de pago, pues abonaremos los importes del servicio directamente al proveedor, sin intermediarios. La primera consecuencia positiva es que el sistema de publicidad actual, totalmente opaco, no podrá funcionar con los nuevos protocolos de la DWeb.
Se realizarán millones de micropagos directos como, por ejemplo, para escuchar esa música que nos gusta. Pagaremos directamente al artista, que la tendrá almacenada y disponible en su ordenador. Una vez realizado el pago obtendremos una clave encriptada que nos dará acceso a los archivos.
¿Cuándo estará disponible la DWEB?
La web descentralizada aún no está aquí, aunque hay aplicaciones disponibles basadas ya en este modelo descentralizado. Las más destacadas son el marketplace OPEN BAZAAR, la aplicación tipo Instagram para la gestión de imágenes TEXTILE, DTUBE para videos o la red social DIASPORA.
Hay otros aspectos, nada menores, que deberán solucionarse antes del lanzamiento definitivo. ¿Cómo se articula un concepto de diseño web descentralizado cuando nadie está al cargo?, ¿cómo se garantiza la honestidad y buen hacer de los nuevos distribuidores? y ¿cómo se asegura que todo no se vuelva a centralizar?
Pero el hándicap principal es cómo derribar el actual status quo de poder de las grandes multinacionales tecnológicas.
Conclusión
Hemos visto que las ventajas del nuevo diseño de la web son abismales al empoderar al usuario final, pero también existen ciertos riesgos. La DWeb es una tecnología de programación web nueva y floreciente, pero tampoco es algo inevitable.
Estamos convencidos que tarde o temprano, con DWeb o sin, seremos los usuarios finales quiénes decidiremos cómo gestionar nuestras actividades, dinero y datos en la red.